En descargo de Teilhard de Chardin
El hombre de Piltdown: Historia de un fraude y un infundio
Después de 100 años de cometido, el fraude de Piltdown ha sido aclarado. Esta es la historia.
Para conmemorar el sexagésimo aniversario de la muerte de Pierre Teilhard de Chardin nos dimos a la tarea de investigar a fondo el caso del Hombre de Piltdown.
Encontramos información que nos permite responder a la pregunta formulada con frecuencia: ¿Estuvo implicado el paleontólogo jesuita Pierre Teilhard de Chardin en la mayor estafa de la historia de la paleontología? Y esta respuesta es un contundente no. Vamos a exponer los argumentos y evidencias que dejen aclarada la inocencia absoluta de Teilhard de Chardin en el famoso fraude.
Desde los primeros momentos en que salió a la luz pública, muchas voces se levantaron para protestar por la inconsistente acusación de S. J. Gould sobre la intervención de Teilhard en el famoso fraude de Piltdown. Sorprendentemente para nosotros, fueron académicos y científicos ingleses quienes más vehementemente protestaron y, finalmente aclararon el caso. Presentamos algunos artículos y cartas al respecto.
Teilhard de Chardin y el fraude de Piltdown Por Peter Costello Antiquity, mayo de 1981
El reciente artículo del profesor S. J. Gould de la universidad de Harvard, ha levantado la polémica en el asunto de si Teilhard de Chardin estuvo involucrado en el fraude de Piltdown, al grado que es necesaria una refutación final a este largamente rumoreado escándalo.
El profesor Gould sostiene, con base en su propia interpretación de una serie de cartas enviadas por Teilhard al Dr K. P. Oakley en 1953 y1954, que existió una conspiración entre Charles Dawson y Teilhard para engañar al Dr A. S. Woodward, y más tarde, a Marcelin Boule el respetable maestro de Teilhard, y por extensión, a la comunidad científica en general
Esta significativa y en apariencia solitaria declaración, está completamente basada en cartas escritas casi 40 años después de ocurridos los hechos referidos, por un hombre ya viejo y enfermo. El profesor Gould aduce que no hay evidencia contemporánea de tal conspiración o, ciertamente, ninguna evidencia escondida de su existencia.
Evidencia actual de la naturaleza de las relaciones entre Teilhard y Charles Dawson ha llegado a mis manos recientemente. Por algún tiempo he estado recolectando material para tener un récord completo del “Piltdown affair” (El libro está ya en preparación, pero no aparecerá hasta 1982). He descubierto en los archivos del Departamento de Geología del Museo Británico de Historia Natural, una serie de cartas entre Teilhard y Charles Dawson, previamente desconocidas y no editadas. Como no se pensaba que existieran estas cartas, su descubrimiento es de especial importancia.
Era mi intención usar estas cartas en mi libro. Sin embargo, pensé que el artículo del profesor Gould, que recibió amplia y poco crítica publicidad en la prensa estadounidense, podía haber persuadido a algunos miembros de la comunidad científica de que Teilhard de Chardin era en verdad culpable de fraude, por lo que me pareció mejor publicar esta nueva evidencia a la mayor brevedad en interés no sólo de la precisión histórica, sino por una natural justicia.
Hasta aquí el artículo de Peter Costello, pero es poca evidencia sobre la inocencia de Teilhard de Chardin en el fraude de Piltdown, por lo que es necesario añadir más artículos, haciendo la aclaración, que Teilhard nunca fue sospechoso de intervenir en el fraude hasta que apareció la acusación de Gould.
The Piltdown Affair por Thomas BerryiTeilhard Newsletter July 1980[1].
En el número de agosto de la revista Natural History, el Dr. Stephen Jay Gould, se introdujo en una irresponsablemente sensacionalista aventura en su esfuerzo por involucrar a Teilhard de Chardin en el fraude asociado con los “fósiles” de Piltdown. Unas pre-publicaciones enviadas a los medios de noticias, en anticipación al artículo mismo, provocaron un intenso impacto emocional en contra de Teilhard. Durante este periodo el artículo no estuvo disponible al público en general; por lo tanto, una respuesta al artículo no se pudo escribir para Teilhard Newsletter de julio. Las siguientes observaciones están hechas con base a los reportes de los medios noticiosos, por las cuales los editores originales, el American Museum of Natural History, deben asumir cierta responsabilidad.
- El artículo está escrito de tal modo que su impacto es condenatorio a Teilhard de manera exhaustiva, con evidencia que, al presente, no es para nada convincente. Por la narrativa de los medios, da la impresión de que el Dr. Gould presenta principalmente algunas suposiciones psicológicas como los motivos de Teilhard (para realizar el fraude) tales como que era inmaduro, carente de habilidad profesional y trivial; que fue motivado por vanidad, por envidia a sus colegas seculares que habían ganado fama, reputación y dinero (a lo que Teilhard había renunciado por sus votos) mostrando que no sabía nada sobre su carácter. Sugerimos que el Dr. Gould por lo menos lea algunos de los muchos escritos de los colegas profesionales de Teilhard, de todo el mundo y de todos los periodos de su vida. Haciendo esto, el Dr. Gould podrá descubrir la verdadera dimensión de un ser humano que ahora cree conocer.
- El supuesto del Dr. Gould que la parte de Teilhard en el affaire de Piltdown fue como una broma de juventud, no puede tomarse seriamente, puesto que Teilhard en esa época estaba en sus treintas. Lo que sea que se haya hecho o no, es el acto de una persona madura que debe ser aceptado y juzgado como tal.
- Lo dicho por el Dr. Gould después de la inconclusa naturaleza de su evidencia, de que “el trabajo de probar los cargos en disputa, recaen en aquellos que sostienen la inocencia del Padre Teilhard”, es claramente un esfuerzo para eludir su responsabilidad en el asunto ¿Es así como presenta sus argumentos en su campo profesional de la paleontología? Él está haciendo serias acusaciones, es su responsabilidad probarlas de una manera convincente. Hacer públicas acusaciones y después pedir a otros las pruebas de inocencia, es una vieja retórica, pero una táctica reprobable. Nadie puede objetar una seria búsqueda del conocimiento acerca del fraude de Piltdown o investigar cómo se llevó a cabo y quiénes están involucrados en él. Sin embargo, desde el descubrimiento como fraude, los fósiles de Piltdown no han sido materia de importancia para los estudiosos seriamente dedicados a la tarea de entender el proceso evolutivo, o cualquiera de sus más importantes periodos, del desarrollo de la vida. Hay muchas cuestiones importantes que necesitan discusión y que solamente alguien con un talento especial para la publicidad o un sentido de intriga personal, probablemente se interesarían más en este tema. Difícilmente se podría imaginar a George Gaylord Simpson involucrándose en este tema, o a Theodosius Dobzhansky, o Julian Huxley, Rene Dubois o Margaret Mead. Pero si lo hicieran, ciertamente no lo manejarían en la forma que lo hizo el Dr. Gould.
Probablemente nunca conoceremos la completa historia de Piltdown, sin embargo, sabemos, sin prejuzgar a Teilhard, que el Dr. Gould ha perdido significativamente su propia credibilidad científica, por la forma de presentar el caso.
Tampoco este tipo de publicidad traerá algún crédito a Natural History, una publicación con un distinguido récord de comunicación de investigaciones científicas a sus lectores.
4. Finalmente está la revista Time que llegó con un sorprendente encabezado para su artículo -“Holy Piltdown: The History of a Fraud and a Malicious Lie. Teilhard de Chardin Hoaxer?” (¿Santo bromista?)- un título de tonos cínicos, difícilmente saludable o decente para un acercamiento a un tema serio. Otras publicaciones han presentado discusiones del artículo de Gould, bajo títulos que generalmente asumen la culpabilidad de Teilhard, aunque el fragmento de Time sobrepasa a todos.
Maravilloso el poder de juzgar al mundo y su gente de manera tan irresponsable. Quizá sea mucho pedir al Dr. Gould o a Time que traten seriamente un tema serio, que traten de una manera académica con un affaire académico, que traten cuidadosamente con los seres humanos, no solamente porque así lo hubiera querido Teilhard, sino por ellos mismos y el resto de nosotros.
Es muy interesante, y por lo tanto se incluye una pequeña parte del diálogo epistolar entre el Dr. Oakley[2] y Teilhard de Chardin. Es de tomarse en cuenta la opinión del Dr. Oakley sobre la participación de Teilhard en el fraude del que fue codescubridor junto con el profesor Weiner[3] y Le Gros Clark[4]
Estimado Padre Teilhard. 19 de noviembre de 1953
Probablemente en el momento de recibir esta carta, ya haya oído acerca de la dramática revelación de que usted y Woodward fueron “timados” en Piltdown. Las notas adjuntas le harán ver los principales hechos. Una copia del reporte completo le fue enviada inmediatamente. Nosotros apreciaríamos grandemente si usted pudiera enviarnos algunos comentarios sobre estos hallazgos. Nos gustaría particularmente poder guardar en nuestros archivos cualesquiera de sus remembranzas que puedan arrojar luz a este inexplicable fraude. Hemos encontrado que algunas herramientas de piedra que se reportaron como encontradas en el sitio, habían sido artificialmente teñidas….
Con mis mejores deseos
Quedo de Ud.
K.P. Oakley
Basado en esta serie de cartas entre Oakley y Teilhard, donde éste último reconoce que no recuerda bien las fechas, fue que Gould implicó a Teilhard. A continuación, la respuesta de Teilhard a la carta de Oakley que no necesita comentario.
“Lo felicito sinceramente por la solución al problema de Piltdown. Hablando anatómicamente, el Eoanthropus era una especie de monstruo. Y desde el punto de vista paleontológico era igualmente repulsivo que la aparición de un “hombre primitivo” pudiera haber ocurrido en Inglaterra, por lo tanto estoy fundamentalmente contento con sus conclusiones, a pesar del hecho de que, sentimentalmente 6 hablando, desvalore una de mis primeras y más brillantes memorias paleontológicas.”… (Sigue una larga carta)
Cuando Gould acusó a Teilhard, el Dr. Oakley salió en su defensa y entre sus escritos se muestra el siguiente como ejemplo:
He leído con cuidado la interesante serie de artículos del Dr. L. Harrison Mattews (16 marzo y 2 de Julio de 1981). Matthews ha escrito un fascinante recuento de cierta extensión sobre los acontecimientos que subyacen detrás del fraude de Piltdown. Yo dudo que haya alguien que esté vivo y pueda narrar esta extraordinaria historia con mayor claridad y entendimiento sobre esta compleja situación. Por supuesto, él tuvo que entrelazar los hechos a través de una cierta libertad artística. Yo encontré solamente una seria imperfección en la reconstrucción.
No hay prueba existente de una evidencia conocida por mí, que soporte la premisa de que el Padre Pierre Teilhard de Chardin, haya dado a Charles Dawson un molar fósil de un elefante, como un “suvenir” de su tiempo de estancia en el norte de África. Este defecto, corre a través de toda la reconstrucción, llevando a la conclusión de que el diente fraudulento fue producción de Teilhard, en el cual Matthews supone que Teilhard, el 30 de agosto de 1913, (llevado por un motivo loable) tomó del bolsillo de su chaleco, diciendo, en efecto a Dawson y Woodward: ‘he encontrado el diente canino perdido’.
Después de pasar un año pensando acerca de esta acusación, he llegado a convencerme de que es errónea. Yo conocí al Padre Pierre Teilhard de Chardin bastante bien durante los últimos cinco años de su vida. Tuve tres oportunidades de entablar largas discusiones con él en 1954, después de exponer el fraude de Piltdown en noviembre de 1953 (Weiner, J. S., Oakley, K. P. and LeGros Clark, W. R, Bulletin of the British Museum (Natural History), Geology, vol. 2, p 139), en el Museo de Historia Natural, en mi hogar en Amersham y en Swanscombe, donde lo llevé a ver el sitio que había sido la fuente del cráneo de Swanscombe. Él habló libremente de muchos tópicos, pero en el tema del fraude de Piltdown, mostraba signos de sufrimiento, se refería a ello como ‘muy triste’. Ahora que su amigo Max Begouen, ha explicado la razón de tal tristeza, (editorial Antiquity marzo de 1981) no se puede considerar como una indicación de que se sintiera de alguna manera culpable.
K. P. Oakley
Haunting Mary Lukas & Ellen Lukas Antiquity 1983[5]
Aunque en su libro, The Piltdown forgery (1955), el profesor Weiner, intenta cerrar el caso optando por señalar a Dawson como único culpable en el fraude, ni él ni nadie, puede probar que Dawson actuó sin ayuda. En los 25 años siguientes a la publicación de su libro, cada involucrado en Piltdown fue acusado públicamente de complicidad. La lista es extensa: Lewis Abbott, Harry Morris, George (‘Flint Jack’) Glover, W. P. Pycraft, M. A. C. Hinton, W. J. Sollas, Grafton Elliot Smith, aún Conan Doyle, casi todo mundo, con la excepción, fuera de lo esperado, de Teilhard de Chardin
Entonces, en agosto de 1980, en un artículo de 11 páginas llamado ‘The Piltdown conspiracy’, publicado en Natural History Stephen Jay Gould declaró que había encontrado pruebas. Rechazó el viejo argumento de que Teilhard se encontraba en Inglaterra como estudiante de teología en Hasting en el momento del fraude; que conocía a Charles Dawson y a Arthur Smith Woodward; y que él había encontrado el famoso canino de Piltdown.
Pero Gould dijo algo más. En cartas a Kenneth Oakley, escritas 40 años después del evento, Gould sostuvo que Teilhard había afirmado que en 1913 había visitado el segundo encuentro de Piltdown, un descubrimiento que, se suponía, no había tenido lugar sino hasta después que Teilhard había salido a Francia. Por lo tanto, Teilhard había tenido conocimiento previo de los planes de Dawson, por lo que debería entonces, ser culpable en Piltdown. La acusación fue enviada al London Times y de ahí, activamente repetida de costa a costa en innumerables periódicos y revistas estadounidenses.
F. Harrison Matthews, en la primavera de 1981, publicó en 10 partes, en la revista británica The New Scientist, una ‘imaginaria reconstrucción de Piltdown’ con Teilhard colocado como ayudante de Dawson. Y casi al mismo tiempo, en junio de 1981 en la revista Natural History Gould dedicó 11 páginas más a refutar los reclamos de eminentes partidarios de Teilhard como G. H. R. von Koenigswald, Edward O. Dodson and S. L. Washburn, y a reafirmar la creencia de sus cargos del verano anterior. Al final, los rumores fueron perceptibles y Teilhard tomó un lugar dentro de los sospechosos.
Sin embargo, para cualquiera familiarizado con la vida y obra de Teilhard, el problema radica en que los cargos de Gould fueron enormes.
… Entonces existe el problema del vacío de evidencia contemporánea que involucre a Teilhard. Ni en las cartas de Teilhard a su familia y amigos, ni en las referencias a Teilhard en las cartas de Charles Dawson a Smith Woodward, conservadas en el British Museum (Natural History), existe evidencia de que hubiera habido mucho intercambio entre Dawson y Teilhard
Un examen de las cartas de su tiempo a varios de sus correspondientes, anteriores a que Teilhard fuera involucrado en la aventura de Piltdown, muestra que él y Dawson se encontraron solamente cuatro veces, dos de ellas en la recepción del seminario. Si Teilhard en los envíos inmediatos a sus padres, alguna vez se refirió a Dawson fue como, “la persona con quien me carteo sobre geología”, él precisamente tenía la intención de expresar que: ambos se habían escrito cartas, específicamente cartas relacionadas con el diente de un pez prehistórico que Teilhard y su amigo Felix Pelletier encontraron en sus caminatas alrededor de Hastings. Fue además en una carta que primeramente Dawson le comunicó a Teilhard que en las gravas de Ouse había hecho un importante descubrimiento, y entonces empezó el involucramiento de Teilhard en el misterio de Piltdown.
…Teilhard escribió en un artículo, de una vez por todas, sus reacciones sobre el affaire de Piltdown, en 1920. Ya no era más el simple estudiante que había sido en su última visita a Piltdown, que sólo veía y apreciaba. Él ya había sido entrenado en los cursos de la universidad y se había ensangrentado en la guerra. Había publicado un importante artículo sobre los fósiles de Quercy, y estaba esperando al impresor para terminar su tesis sobre “Sparnacian and Thanetian beds of the Paris basin”. Había también desarrollado sus facultades críticas y adquirido al máximo sus habilidades profesionales. Pero él era, y siempre debió haber sido, un hombre verdaderamente bueno, que confiaba en sus amigos, y aquellos en los que había creído siempre habían correspondido a su confianza.[6]
‘Le case de l’Homme de Piltdown’, el artículo que escribió en Questions Scientifiques, de 1920, fue su comentario final sobre Piltdown. El Eoanthropusdawsoni, dijo, con su mandíbula simiesca y su cráneo moderno, no tiene ningún sentido anatómico. Y este era el problema. Dawson y Woodward, sus amigos, dijeron que habían visto los pedazos juntos… Ya sea que las leyes de la anatomía sean más misteriosas de lo que cualquiera pueda imaginar, o el corazón humano no tenga la luz suficiente para distinguir lo que desea creer. En cualquier caso, Teilhard dejo el problema a otros para que lo desenredaran. Como escribió en su artículo, a menos que se reúna más evidencia, lo cual no parece probable, ‘Le cas est epuisé’, el caso está agotado.
Pero el caso no se agotó y sigue siendo investigado hasta la fecha como se verá más adelante.
El Dr. J. S. Weiner, otro de los codescubridores del fraude, ante la acusación de Gould, declaró:
No hay una positiva e inequívoca evidencia de que Teilhard interviniera en algún plan secreto, y los hechos se entienden igual o mejor cuando en su intervención en Piltdown se le considera completamente inocente. Nosotros sabemos que Charles Dawson tenía un gran deseo de ser electo Fellow de la Royal Society, y que durante mucho tiempo persiguió ese objetivo, un largo tiempo difícilmente necesario para hacer una mera broma
¿Por qué podría Dawson poner en peligro su plan involucrando a este joven sacerdote? Él no necesitaba la ayuda de Teilhard ¿Por qué Teilhard desearía ser deshonesto con el profesor Smith Woodward, con Sir Arthur Keith y otros, que habían sido extremadamente gentiles con él?
En la página de Wikipedia en inglés, sobre el tema, aparece la siguiente cronología sobre Piltdown, donde no se hace ninguna mención a Teilhard y curiosamente tampoco a la acusación de Gould, pero sí una clara acusación a Charles Dawson
1912, junio: Descubren parietal derecho del cráneo y hueso de la mandíbula.
1912, noviembre: Los periódicos cubren la noticia del descubrimiento por primera vez.
1912, diciembre: Presentación oficial del Hombre de Piltdown.
1913: David Waterston determina que los huesos hallados corresponden a una mandíbula de simio y a un cráneo humano.
1914: El cráneo de Talgai es descubierto (en Allora, Australia) y se le considera, en aquel tiempo, la confirmación de Piltdown.
1915: Marcellin Boule confirma que las muestras corresponden a una mandíbula de simio y un cráneo humano. Gerrit Smith Miller concluye que la mandíbula es de un fósil de simio.
1923: Franz Weidenreich especifica que los restos consisten de una combinación de un cráneo de humano moderno y la mandíbula de un orangután cuyos dientes han sido limados.
1925: Edmonds informa sobre un error geológico de Piltdown. Su reporte es ignorado.
1943: La prueba de contenido de flúor es propuesta.
1948: El libro The Earliest Englishman (El primer inglés), de Woodward, se publica de manera póstuma.
1949: La prueba por contenido de flúor establece que el Hombre de Piltdown pertenece a una época reciente.
1953: Weiner, Le Gros Clark y Oakley exponen el fraude.
2003: La larga carrera de falsificaciones de Charles Dawson es revelada.
Algo más, hace un par de meses adquirimos un libro editado en 2013, The Piltdown Man Hoax. Case Closed, cuyo autor es Miles Russell[7] profesor titular y conferencista en Arqueología prehistórica y romana en la Bounemouth University de Inglaterra. Dice en un párrafo:
En 2003 el autor publicó los resultados de la investigación sobre la carrera y los descubrimientos de Charles Dawson FGS, FSA., en el libro titulado “Piltdown Man: the Secret Life of Charles Dawson and the World’s Greatest Archaeological Hoax”. Se examinaron todos los principales descubrimientos de antigüedades de Charles Dawson, fijándonos tanto en la composición y circunstancias de cada uno, así como en su variedad de publicaciones. De los descubrimientos enlistados, llegamos a la conclusión de que es obvio, que por lo menos treinta y tres, incluyendo el cráneo de Piltdown, mandíbulas, dientes, colección de huesos, artefactos de piedra, las ”sombras” de las figuras de Hastings Castle, una hacha de mano de Easbourne, un antiguo bote de Bexhill, ladrillos romanos de Pevensey, artefactos de la cuevas de Lavant, cerca de Chichester, una estatuilla romana de hierro fundido de Beaufort Park, unos cuernos de la edad de bronce, y un vaso chino, todos ellos claramente eran imitaciones. El principal (y en muchos casos el único) sospechoso, no era otro que el mismo Charles Dawson.
Así pues, en su reciente libro sobre Piltdown, el autor demuestra que Charles Dawson era un falsificador profesional y no pone en ningún momento en duda la inocencia de Teilhard. Sólo se refiere a él en muy pocas ocasiones, como las siguientes:
La mayoría de las discusiones se basan en la premisa de que Piltdown fue un “caso único”, un sólo pero elaborado fraude, diseñado para engañar a la comunidad científica, causar incomodidad y vergüenza a las principales figuras del “establishment” o para verificar (o incluso desacreditar) los inmaduros modelos de la evolución humana. Bajo tales circunstancias, uno de cualquier número de personas posiblemente se podría señalar como responsable, aunque los más usualmente citados son: Charles Dawson, Arthur Smith Woodward, Pierre Teilhard de Chardin (debido al artículo de Gould) y Venus Hargreaves (todos miembros del equipo original de excavación), y también… (sigue una larga lista de nombres. N del T)… . De los descubrimientos enlistados, llegamos a la conclusión de que es obvio, que por lo menos treinta y tres, incluyendo el cráneo de Piltdown, mandíbulas, dientes, colección de huesos, artefactos de piedra… (y sigue la lista conocida), todos ellos claramente eran imitaciones. El principal (y en muchos casos el único) sospechoso, no era otro que el mismo Charles Dawson.’
Desafortunadamente, al parecer, ni Woodward ni Dawson llevaban una bitácora en orden cronológico de cómo se habían desarrollado los eventos (y si lo hicieron, ese trabajo no sobrevivió). De hecho, la única vez que un dato crucial probablemente fue citado en la temporada 1912/13 fue cuando un visitante a la excavación, en este caso Teilhard, tomó notas en su diario de correspondencia personal…
…Poco es conocido del interior de Castle Lodge (restaurado por Dawson) después de su renovación, Aunque Pierre Teilhard de Chardin, visitante de la propiedad en 1912, observó que el hijo de la esposa de Dawson, Francis Postlethwaite en aquel entonces capitán ‘en la armada colonial de Sudan’ se había ocupado ‘llenando desordenadamente la casa con cabezas de antílopes’. Sin duda, la casa servía como un museo no oficial para mostrar las muestras eclécticas de Dawson, y ahora por extensión, su colección de artefactos antiguos y rarezas.
El 20 de abril (1912), Dawson visitó a su amigo Pierre Teilhard de Chardin, que vivía en Hastings. Poco después de la visita, Teilhard escribió a sus padres que Dawson llevó consigo algunos instrumentos de piedra huesos de animales y ‘especialmente un cráneo humano con los lados delgados y muy bien preservado’.
Hasta aquí, la conclusión es que Dawson fue quien en solitario elaboró el fraude. Sin embargo, esto no es exacto pues existe mucha evidencia de que en el fraude e indirectamente en la difamación de Gould, estuvo la presencia de Martin A. C. Hinton, un prestigioso científico, conservador del departamento de Zoología del Museo de Historia Natural de Londres entre los años 1912 y 1945, fallecido tras conocerse el fraude en 1953.
El coautor del fraude científico más famoso del siglo fue finalmente desenmascarado gracias al meticuloso trabajo realizado por dos investigadores británicos que revelaron sus resultados en la revista Nature (23 de mayo de 1996): Andrew Currant y Brian Gardiner. Desde 1990, han analizado la colección de Piltdown y el contenido del baúl de Hinton.
Hinton declaró que en la época del descubrimiento que se denominó Eoanthropus, él había visto una bolsa que pertenecía a Teilhard y que contenía un hueso de elefante que estaba coloreado para parecer fósil, así como instrumentos para trabajar huesos. Esta declaración fue aprovechada para lanzar una campaña de desprestigio contra Teilhard, campaña que hasta la fecha perdura aun cuando el verdadero coautor del fraude haya declarado su culpabilidad. Antes de morir Martin A. C. Hinton, confesó que cometió el fraude porque en esa época las autoridades del museo, Woodward entre ellos, no le daban las oportunidades ni le retribuían su trabajo como lo merecía.[8] Al morir, se encontró en un ático del Museo de Historia Natural de Londres una caja con las iniciales de Hinton que contenía huesos avejentados artificialmente y trabajados de la misma manera que los fósiles de Piltdown. El baúl salió a la luz en 1978 y se extravió después, pero su contenido fue cuidadosamente catalogado por Andrew Currant, del Departamento de Paleontología del museo. Pasó mucho tiempo hasta que Currant, en 1990, mencionó su descubrimiento a Brian Gardiner, del King’s College londinense, paleontólogo, interesado desde hacía mucho en el caso Piltdown y llevaba algunos años convencido de la implicación de Hinton. A Gardiner le estimuló la curiosidad cuando salió a la luz el engaño en 1953.
The Piltdown forgery: A re-statement of the case against Hinton[9]. (La falsificación de Piltdown: una reformulación del caso contra Hinton)
Una revisión de las pruebas apoya la conclusión a la que llegaron Gardiner y Currant en 1996 de que el bromista fue Martin Hinton, que trabajó en los departamentos de Geología y Zoología del Museo de Historia Natural durante todo el asunto de Piltdown. Esto se basó principalmente en el descubrimiento en 1978 de un baúl de cabina en el espacio del desván inmediatamente superior a lo que había sido la oficina del Guardián de Zoología, puesto que Hinton ocupó entre 1936 y 1945. Este contenía material con manchas similares a las descubiertas en Piltdown, mientras que varias de las piezas también habían sido talladas de forma idéntica al último hallazgo de Piltdown: el famoso “bate de cricket”. El albacea de Hinton aportó una prueba adicional al descubrir ocho dientes humanos con distintas manchas en una lata de tabaco de Hinton. Esto reveló que el falsificador utilizó dos métodos para teñir su material, uno de los cuales implicaba la descalcificación, un proceso que convertía la apatita en yeso, y el otro no. El material del baúl se tiñó con el primer método, y los dientes obtenidos de su albacea, con el segundo. Los análisis del contenido del baúl (realizados en 1995-6) y de la lata de tabaco (1997-8) se presentan por primera vez en The Linnean Society of London, Zoological Journal of the Linnean Society, 2003, 139, 315-335.
Hinton quedó señalado como el ejecutor del fraude de Piltdown; así aparece en su biografía: “Martin A. C. Hinton, British hoaxer”[10]
No todos comparten la convicción de Gardiner y Currant de que Hinton fuera el único autor del engaño. Chris Stringer, paleontólogo del del Museo de Historia Natural, cree que los nuevos hallazgos implican profundamente a Hinton, pero que Dawson también participó.
A pesar de la confesión de Hinton, que aparece en un libro escrito después de su muerte, el autor pide que, con base en sus aportes a la ciencia, se olviden de su fraude. Por supuesto no menciona nada sobre el daño moral que le causo a Teilhard y que continúa causándole a su memoria.
Las consecuencias de la acusación de Gould en la figura y reputación de Teilhard fueron muy graves: la nueva generación de científicos no leyó a Teilhard, a diferencia de científicos antes de los 70s y en fechas mucho más recientes, en los últimos 10-15 años (a partir del internet) y esto en el mundo anglosajón. Todo el pensamiento de Teilhard, no sólo en el orden científico fue prácticamente enterrado en el olvido privando a varias generaciones del conocimiento de un pensamiento muy evolucionado.
Pero ¿cuáles fueron los motivos de Gould para hacer una falsa acusación?
Conociendo a través de algunos de sus escritos la ideología de Gould, y teniendo en cuenta los resultados de su calumnia, podemos distinguir los motivos que llevaron a Gould a publicitar, en contubernio con los medios, el artículo donde acusa, sin tener pruebas concluyentes, a Teilhard de Chardin, de haber perpetrado el fraude de Piltdown:
- Gould era anglosajón y Teilhard francés, y bien conocida es la enemistad que siempre han tenido ambas corrientes en el campo científico, donde casi siempre se han impuesto las ideas de los anglosajones. Baste señalar el caso Lamarck- Darwin en la evolución, donde los anglosajones se han encargado de divinizar a Darwin y satanizar a Lamarck, siendo que este último habló de evolución casi un siglo antes que Darwin. Gould por lo tanto debía poner como víctimas del fraude a los científicos anglosajones que trabajaban en el museo británico y especialmente desviar la atención de la culpabilidad de Hinton hacia Teilhard de Chardin
- Gould era ateo (o se decía) y Teilhard era un sacerdote católico. Gould expresó siempre su rechazo a los trabajos científicos de gente religiosa, aduciendo que “contaminaban” a la ciencia y como buen neodarwinista, cualquier intento de trabajar la evolución, que no coincidiera con Darwin, lo consideraba inaceptable.
- Teilhard de Chardin gozaba, hasta los años setenta, de una bien ganada reputación de geólogo e incluso de paleontólogo y por tanto era quitarse un competidor, ya que como honestamente expresó Niels Eldridge “[Gould y yo] desarrollamos la noción de evolución por equilibrios intermitentes (punctuated equilibria), idea basada en la observación simple, conocida desde hace tiempo por los paleontólogos…” y efectivamente, Teilhard ya había escrito en “El fenómeno humano”: “Téngase bien presente que esta fijeza de la Naturaleza actual no suprime (como creen algunos) en absoluto la certeza de su movilidad pasada. Lo que llamamos fijeza de los organismos actuales, puede que no sea más que un movimiento muy lento, o una fase de reposo entre dos movimientos.”
Es una pena que un individuo inteligente y un consumado sofista, haya logrado el propósito de anular en el campo científico a un pensador tan brillante como Teilhard, con un comportamiento deshonesto, valiéndose de una calumnia. A partir de este infundio, los neodarwinistas de nuevo cuño se sumaron a Gould en su empeño por desaparecer a Teilhard del campo científico escribiendo artículos más propios de autores de pasquín que de científicos que se suponían serios. Aunque algunos neodarwinistas totalmente antagónicos a la filosofía de Teilhard, como G. G. Simpson y Sir Peter Medawar, expresaron que no creían que Teilhard estuviese implicado en el fraude
Fueron tan absurdas las acusaciones, que Harold R. Booher dijo que solo Teilhard tenía los motivos (no dice cuales), la habilidad, la exitosa oportunidad (¿?) para llevar a cabo el fraude. Todo lo contrario, opina Gould, que Teilhard no tenía habilidad suficiente.
Recomendamos la lectura del artículo de Gould, pero como alguno de sus múltiples defensores de Teilhard dijo, espero que los lectores lleguen a estar conscientes de lo que precisamente está mal en el argumento de Gould (que era un buen sofista): de cómo conscientemente manipuló el caso.
Teilhard de Chardin se caracterizó siempre como un ser humano de firmes creencias, serio e intachable en su comportamiento, honesto, respetado por todos los científicos que trabajaron a su lado, aun cuando no coincidieran con él en sus ideas. Muestra de ello puede ser la frase con la que G. G. Simpson inició su intervención en un simposium internacional (mayo de 1971) en conmemoración del nonagésimo aniversario del nacimiento de Teilhard:[11]
Por Teilhard como persona, siento ambas cosas, respeto y afecto. …he expresado mis opiniones porque voy a exponer una visión fuertemente adversa a la de él, y debe quedar claro, primero, que este no es un ataque, sino una discusión y segundo, que no voy a decir nada que no le haya dicho directamente a mi amigo, en vida.
Theodosius Dobzhansky en el mismo simposium,[12] Habla de Teilhard en los siguientes términos:
…Él sintió tendencia hacia el amor, la belleza, la reconciliación con su finitud, la adoración a lo que él concebía como lo último y lo sagrado. Teilhard, además de ser un científico, era poeta, místico, filósofo y, antes que todo, un hombre profundamente religioso. Él era el único calificado para intentar una síntesis. …
Conclusión
Después de 70 años de debates e investigaciones se puede concluir con certeza lo siguiente:
- Teilhard de Chardin no tuvo ninguna intervención en el fraude. Fue engañado al igual que Woodward, con la diferencia de que él tuvo la duda de la autenticidad de los fósiles y Woodward no.
- El fraude fue cometido por Hinton, quien “avejentó los huesos”, apoyado por Dawson, un aficionado a la falsificación de antigüedades, quien se encargó de “sembrar” los fósiles.
- El profesor Gould, conociendo bien los hechos, fraguó una calumnia contra Teilhard de Chardin, con todas las agravantes, pues lo hizo con premeditación, alevosía y ventaja.
Las consecuencias de Piltdown en la reconstrucción de la historia de la evolución humana fueron que ésta sufrió un retraso de décadas pues los paleontólogos mantuvieron la creencia de que la cavidad craneana se había expandido antes de que la mandíbula se adaptara a la nueva dieta. Varios descubrimientos que demostraban lo contrario fueron ignorados, como el Niño de Taung, descubierto en Sudáfrica en 1924. Algunos creacionistas aún usan el fraude de Piltdown como ejemplo de la deshonestidad de los paleontólogos. Quedamos convencidos que una persona con la inteligencia y honestidad de Teilhard de Chardin no hubiera cometido un fraude, más aun sabiendo las consecuencias que eso podría traer.
Se anexan las siguientes ligas, para quienes deseen profundizar en el tema.
+ Karl Schmitz-Moorman, Teilhard and the Piltdown HoaxTeilhard Newsletter July 1981
Glyn Daniel, “Max Bégouën on Teilhard” Antiquity March 1981
Peter Costello Teilhard and the Piltdown hoax Antiquity 1981, objects to Gould’s claim
Peter Costello, Piltdown Puzzle New Scientist 14 September 1981
Mary Lukas, Teilhard and the Piltdown “Hoax” America May 1981
Mary Lukas & Ellen Lukas, The haunting Antiquity 1983
Kenneth Oakley, Piltdown man Letter to New Scientist November 1981
Thomas Berry, The Piltdown Affair Teilhard Newsletter July 1980
+ Wilfred McCulloch, Some Remarks on Teilhard and the Piltdown Hoax, Teilhard Newsletter July 1981
+ Notes on Chronology of Piltdown 1913-1920 Teilhard Newsletter July 1981
+ Mary Lukas, Gould and Teilhard’s “Fatal Error” Teilhard Newsletter July 1981
+ Winifred McCulloch, A Reader’s Guide to S. J. Gould’s Piltdown Argument, Teilhard Newsletter December 1983
+ Blinderman – McCulloch Exchange Teilhard Newsletter August 1987
Thomas M. King, Teilhard, and Piltdown King & Salmon, Teilhard and the Unity of Knowledge 1983 Piltdown debate: not so elementary Science 1983, Letter by Stephen Jay Gould on Teilhard not Doyle as perpetrator; reply by Winslow & Meyer
“Blinderman-McCulloch Exchange” Teilhard Newsletter August 1987.
Harold R. Booher. Science fraud at Piltdown: the amateur and the priest, Antioch Review Fall 1986 maybe Teilhard.
Ciudad de México, enero de 2014
Corregido y aumentado en junio de 2022
[1] Thomas Berry fue un sacerdote católico historiador de la cultura y eco teólogo también fue cosmólogo y geólogo. Receptor de numerosos premios y Doctorados Honoris Causa por varias universidades de Estados Unidos.
[2] Kenneth Page Oakley (7 April 1911 – 2 November 1981) was an English physical anthropologist, palaeontologist and geologist.
Oakley, known for his work in the Fluorine absorption dating of fossils by fluorine content,[1][2] was instrumental in the exposure [3] of the Piltdown Man hoax in the 1950s.
Oakley was born and died in Amersham, Buckinghamshire.
[3] Joseph Sidney Weiner FRCP FRAI (29 June 1915 – 13 June 1982) was a South African-born British human biologist and environmental physiologist.[1][2][3] He was influential[4] and among other things helped expose the Piltdown hoax.[5] He was President of the Royal Anthropological Institute of Great Britain and Ireland, 1963–64, and Huxley Memorial Medallist in 1978.[5]
[4] Sir Wilfrid Edward Le Gros Clark (5 June 1895 – 28 June 1971)[2] was a British anatomist, surgeon, primatologist and palaeoanthropologist, today best remembered for his contribution to the study of human evolution. He was Dr Lee’s Professor of Anatomy at the University of Oxford.
[5] Mary Lukas, vive en Nueva York, es periodista y crítica. Su hermana, Ellen, es Analista de Prensa del secretario general de la ONU. Juntas, han escrito una extensa biografía sobre el místico-científico francés Teilhard de Chardin (1977). Piensan que Teilhard vivía mortificado por el miedo de que su amigo, Charles Dawson, lo hubiera engañado y al mundo entero con el fraude de Piltdown. Cuando Stephen Jay Gould declaró, recientemente, que el mismo Teilhard era el falsificador de Piltdown, Mary Lukas inició su correspondencia con el editor y el finado Kenneth Oakley y la instamos a que pusiera por escrito su perspectiva sobre el rol de Teilhard en el asunto de Piltdown; y así lo ha hecho, con la ayuda de su hermana, en este artículo. (del cual tradujimos sólo los párrafos más importantes)
[6] A excepción quizá sólo de Gaylord Simpson que muerto Teilhard se dedicó a desprestigiarlo (ver Teilhard de Chardin y el darwinismo en https://teilhard-mx.com/wp-content/uploads/2021/06/Teilhard-de-Chardin-y-el-darwinismo.pdf
[7] Miles Russell, FSA (born 8 April 1967) is a British archaeologist best known for his work and publications on the prehistoric and Roman periods and for his appearances in television programmes such as Time Team and Harry Hill’s TV Burp
[8] Parece que el objetivo era Smith Woodward. En 1910, Hinton, entonces un estudiante, tuvo una desavenencia con Smith Woodward (un poderoso miembro de la dirección del Museo de Historia Natural) acerca del pago por un trabajo eventual. Gardiner cree que aquella desavenencia pudo ser el estímulo que llevó a Hinton hacia un plan para vengarse.
[9] https://www.researchgate.net/publication/227621310_The_Piltdown_forgery_A_re-statement_of_the_case_against_Hinton
[10] 10 https://www.britannica.com/biography/Martin-A-C-Hinton
[11] The Divine Non Sequitur por George Gaylord Simpson en TEILHARD DE CHARDIN. In Quest of the Perfection of Man. Associated University Presses 1973 New Jersey USA.
El autor fue un paleontólogo, biólogo, geólogo y zoólogo reconocido mundialmente y ganador de múltiples premios. Fue curador del Museo de historia natural de Nueva York y uno de los fundadores de la Teoría Sintética (neodarwinismo)
[12]Biology and the Human Condition. Por Theodosius Dobzhansky quien fue un genetista de fama internacional, ganador de los mismos premios que Simpson y al igual que él, otro de los fundadores del neodarwinismo. Y fue presidente de la American Teilhard Association.